Hoy tenemos el placer de compartir contigo una mini-práctica que es muy simple y que aún así actúa en muchos niveles; es decir, que tiene un impacto tanto en tu cuerpo físico, como en tu realidad emocional, e incluso en tu forma de interactuar con el mundo.
Mientras más te familiarices con esta práctica, más beneficios te va a traer, ya que te ayuda a:
- hacerte más consciente de tu relación con tu cuerpo y de las tensiones que habitan en él.
- aprender a liberar esas tensiones de forma orgánica.
- explorar cómo las tensiones y el esfuerzo impactan tus emociones, tus pensamientos, y tu relación con tu entorno.
- aprender a aceptar la posibilidad de no hacer esfuerzo.
- explorar tu capacidad de pedir y recibir apoyo.
Te invitamos a practicar estos pasos por 7 días y te pedimos que nos cuentes los cambios que vas notando :)
Soltándote al respirar
- Te invito a que te acuestes boca arriba con las rodillas flexionadas, los pies apoyados en el suelo, y los brazos descansando a los costados del cuerpo. Permite un momento para sentir y recibir el apoyo del suelo.
- Con la siguiente inhalación, siente cómo tu pecho se expande mientras tu pelvis rota suavemente haciendo que la parte baja de tu espalda se arquee, como queriendo separarse del suelo. Haz una breve pausa y, mientras exhalas muy lentamente, permite que los músculos de la parte inferior de tu espalda se suelten, sin prisas ni apuros.
- Inhala, reposando y sin apuro, y con la exhalación empieza a contraer los músculos de tu abdomen, como si quisieran hacer que la parte baja de tu espalda se hunda en el piso; presionando hacia abajo. Lentamente puedes sentir cómo tu abdomen parece ahuecarse y el ombligo quiere ir hacia adentro. Haz una breve pausa y luego relaja muy lentamente los músculos de tu abdomen.
Puedes repetir esta secuencia, siguiendo tu propio ritmo orgánico, tantas veces como desees.
Si experimentas alguna molestia, dolor o mareos, detente y descansa.
Reflexionamos para redescubrirnos
Las siguientes preguntas te van a permitir profundizar a medida que exploras esta práctica, y te van a ayudar a considerar distintos aspectos y matices de tu experiencia:
- ¿Qué sensaciones parecen estar más presentes en tu cuerpo en este momento?
- ¿Cómo te resulta recibir apoyo del piso, de tu entorno, de otras personas?
- ¿Qué sentimientos o emociones estás percibiendo?
- ¿Cómo se mueven tus pensamientos en este momento: con fluidez y suavidad o con caos y agitación?
Y si quieres profundizar aún más, te recomendamos esta meditación guiada: Amando la totalidad de quienes somos.
Por favor, recuerda que al ser este un trabajo no-supervisado es fundamental que respetes tus propios límites, tiempos y ritmos naturales.
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