Tu cuerpo, mente y corazón la tríada perfecta

Todas las personas experimentamos momentos de caos, confusión, desorientación y mucha intensidad emocional… Y si bien son una parte natural de la vida, a veces pueden hacer que nuestra realidad se vuelva muy abrumadora, caótica e incluso difícil de afrontar.

Hoy te propongo una estrategia para que les puedas hacer frente y ya no necesites intentar suprimir esos momentos – o escaparte de ellos.

Diálogos cuerpo-mente-corazón

1. Empieza llevando tu atención hacia tu respiración. Imagina que a cada momento la respiración te permite bajar el volumen de tu diálogo interno. Continúa bajando el volumen hasta que te sientas presente en tu cuerpo y ya no haya ruido en tu interior.
2. Conéctate con la intención de estar presente en tu propio interior, escuchando –y aceptando– la información que pueda surgir en forma de recuerdo, imagen, pensamiento, sensación, sentimiento o intuición. No estás ‘pensando o reflexionando’ sino ‘escuchando’.
3. Ahora vas a hacerte tres preguntas, de a una por vez, escuchando las respuestas que puedan surgir:
   • Cuerpo, ¿qué necesitas?
   • Corazón, ¿cómo te sientes?
   • Mente, ¿qué te hace falta?

Permanece en silencio luego de hacer cada pregunta y vuelve a conectarte con la intención de escuchar y aceptar las respuestas recibidas. No te apures. Date tiempo para profundizar.

Reflexionamos para redescubrirnos

Las siguientes preguntas te van a permitir profundizar a medida que exploras esta práctica, y te van a ayudar a considerar distintos aspectos y matices de tu experiencia:

• ¿Cómo es la relación entre tu cuerpo, tu corazón y tu mente? ¿Son un equipo que se ayuda, o están en conflicto e intentan imponerse?
• ¿Hay algo que te impida, interrumpa o dificulte el diálogo con tu cuerpo, tu corazón y tu mente?
• ¿Hay algo que te gustaría preguntarles a tu cuerpo, a tu corazón o a tu mente y todavía no te animas?

Y si quieres profundizar aún más, te recomendamos esta meditación guiada: Confiando en la inteligencia de tu Corazón.

Por favor, recuerda que al ser este un trabajo no-supervisado es fundamental que respetes tus propios límites, tiempos y ritmos naturales.

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